El ajedrez en la psicología, un buen amigo de la salud mental

El ajedrez desde hace mucho tiempo dejó de considerarse como simplemente un juego para que las personas pasen el tiempo recreándose y desarrollando habilidades del mismo. Si bien todavía los aficionados del ajedrez practican para mejorar cualquier tipo de destreza en el juego, ya no es visto solo como eso, hoy en día tiene mayor peso llamar al ajedrez, un deporte.

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Y como toda disciplina, debe generar beneficios para la salud. En este caso, el chess es aliado de la salud mental, es decir, algo como una disciplina mental que involucra muchas estrategias de juegos con habilidades cognitivas como percepciones visuales, memoria, razonamiento y resolución de los problemas.

Desde el origen del ajedrez, la mirada del mismo por el campo psicológico fue involucrándose y se tomó más en cuenta sus beneficios de la salud mental, a medida que los años y las generaciones iban avanzando.

Asimismo, no solo que el único impacto positivo se enfoca en las habilidades cognitivas, sino que también acobija esas mismas funciones para ayudar en la disminución de ansiedad, incrementa la capacidad de concentración y, a su vez, incentiva al pensamiento creativo. Incluso, para algunas personas con diagnósticos de trastornos por déficit de atención o depresión, el ajedrez suele recomendarse como terapia.

Es importante tener en cuenta sobre esas terapias que no solo aplican para personas adultas, ya que en realidad a muchos niños suelen introducirles este tipo de sesiones porque con la mejora de las funciones cognitivas, también respalda el desarrollo mental en general y, por ello, la importancia de que los niños desde muy temprana edad, comiencen a involucrarse con esta disciplina.

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Entre tantos aspectos positivos que mencionamos, hoy el espacio que queremos darle al ajedrez es cómo funciona como amigo de la salud mental. Si bien mencionamos ya un par de cosas, profundizaremos un poco más con la información de esos aliados a lo largo de la entrada.

¿En qué nos ayuda el ajedrez desde la mano de la psicología?

En primer lugar, mencionábamos que el ajedrez aporta grandes beneficios sobre los efectos cognitivos de nuestro cuerpo. Inicialmente, con el hecho de que el ajedrez mejora dichas funciones, pero en especial, las más básicas: razonamiento, memoria, percepción visual-espacial, entre otros.

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Cada uno de esos aspectos se ha trabajado de la mano de investigadores y demás relacionados con el tema y área, para demostrar en este factor que, según los estudios aplicados entre jugadores del ajedrez y personas que no lo practican, los resultados de los primeros tienen mejores controles que los de aquellos que no se relacionan al deporte mental.

Como hablamos de deporte, el entrenamiento del ajedrez es enfocado a la práctica cerebral física. Con eso queremos decir que, durante el juego, el cerebro se reconfigura al reorganizar áreas cognitivas, perceptivas, de memoria y atención.

Todo ello reflejado por medio de estudios de neuroimagen en las que pueden apreciarse las alteraciones valoradas en el lóbulo frontal, la corteza parietal inferior y otras áreas cerebrales.

Las mismas suelen arrojar mejores valores sobre expertos del ajedrez que de aquellos que no lo practican. Y en caso de que te preguntes qué es lo que significan esas alteraciones mensurables, resulta que se encargan de indicar que el cerebro se encuentra con mejor adaptación a la percepción espacial, así como al control cognitivo y también sobre el razonamiento estratégico que suele disponer un maestro del ajedrez.

La edad

Si comprendemos que el ajedrez es un buen amigo para la mejora de la memoria, podremos intuir que sus beneficios también pueden acompañarnos a lo largo de muchos años, cuando las prácticas se mantienen constantes.

En ese sentido, el ajedrez en la salud mental es una herramienta de entrenamiento de nuestro cerebro que evita el declive cognitivo que suele aparecer con la edad avanzada.

Los estudios que se han realizado, demuestran que los adultos de edad avanzada que practican de este deporte de forma regular, tienen una disminución menor de las habilidades cognitivas ya mencionadas. El chess puede retrasar el deterioro cognitivo natural, así como protege a las capacidades críticas mientras la persona avanza en edad.

Muchos investigadores sugieren que este deporte se implemente desde edades tempranas para la estimulación cerebral y desarrollo del mismo. Sin embargo, el ajedrez puede comenzar a practicarse desde cualquier edad, lo importante es mantener una constancia con el mismo para poder obtener las mejoras y beneficios que nos ofrece. Además de que, con la constancia, también mejorarás significativamente en el mismo juego, como, por ejemplo, a elaborar mejores estrategias en el ajedrez o perfeccionar las habilidades del chess.

El ajedrez en los niños

Para los niños es beneficioso que puedan practicar del ajedrez, ya que estimulará el desarrollo del aspecto que hemos mencionado en toda la entrada, sus estructuras cognitivas.

Cuando se estimula el razonamiento lógico con la destreza del chess, entra en juego una colaboración para la formación de las estructuras cognitivas. En muchas de esas atribuciones está el control de impulsos, disciplina en la conducta, incrementa y fortalece la paciencia, control de situaciones frustrantes, así como el manejo de la situación.

Otros estudios orientados a la práctica de ajedrez entre los niños, ha demostrado que el tiempo ejercido de atención y concentración incrementa, cuestión que se refleja positivamente en el aprendizaje.

¿Qué aprendizaje se estimula con el ajedrez?

Ciertamente en los niños, el ajedrez trabaja de buena manera como un estímulo que ayuda al desarrollo de sus capacidades cognitivas. Sin embargo, hay otros ámbitos en los que también se consigue un impacto positivo por parte de este deporte en los infantes, como, por ejemplo:

  • Socialización: ayuda en la integración de las personas en distintos grupos, debido a que, en muchas ocasiones, la edad, nacionalidad o incluso idioma, no son relevantes al momento del juego.
  • Personal: los pequeños comenzar a desenvolver su capacidad organizativa, además de que van encontrando el balance entre lo emocional y lo racional.
  • Imaginación y creatividad: este deporte no se basa en simplemente responder cada jugada que hace el contrario, sino que también debe imaginarse las variadas posiciones que dispone el tablero para que las estrategias puedan definirse y así, conseguir aplicarlas.
  • Empatía: se habla de la empatía en sentido de que todo jugador debe comprender que “hay otro” ajedrecista que también aplicará movimientos estratégicos para sumar ventaja. La intención es comprender la estrategia que intenta aplicar el contrario a fin de anticipar sus acciones, responder de la forma acertada y conseguir la victoria del encuentro.

En resumen, la práctica de este deporte otorga una estimulación cognitiva y de entrenamiento cerebral muy importante, ya que ellas ayudan a la mejora de habilidades básicas, evita y retrasa la aparición de alteraciones neurodegenerativas como puede suponerse con la edad avanzada, el Alzheimer, por ejemplo.

Además, el ajedrez se considera como una herramienta que prolonga y fortalece cada una de nuestras capacidades cognitivas. Un juego clásico que seguirá permaneciendo en las culturas por muchos más años, no solo por el entretenimiento y la recreación, sino por su gigante impacto positivo en la salud mental.

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